26 novembre 2006

Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.

La Virgen Imaculada, Diego Rodríguez de Silva y Velázquez , 1618.





Lo importante en nuestro contexto es que tanto Platón como Aristóteles distinguieron dentro del amplio campo de la melancolía dos formas diferentes de euforia como de depresión. El primero separa la "manía divina" de la manía patológica (del "loco exaltado" como dice en el Fedro), mientras el segundo separa la melancolía de los genios de la melancolía como enfermedad (allí donde la bilis se enfría), sin desconocer el hecho que pueden existir individuos en los cuales la melancolía genial se transforma en enfermedad propiamente tal, como es el caso de Empédocles.

Esta distinción de los filósofos griegos fue olvidada durante siglos, siendo rescatada recién en 1961 por el psiquiatra alemán Hubertus Tellenbach, quien basó una buena parte de su revolucionaria teoría sobre la enfermedad depresiva en estas distinciones griegas, así como también en las descripciones que ellos hicieran de los rasgos de personalidad previa de los melancólicos.

Es así como él describiera primero el "typus melancholicus", propio de las formas monopolares de depresión y años más tarde el "typus manicus", personalidad característica de las formas bipolares. Ambos tipos de personalidad, descubiertos por Tellenbach a través de la intuición fenomenológica, han sido demostrados por diversas investigaciones empíricas, entre las cuales desatacan las del autor alemán Detlev von Zerssen y las de la autora chilena Anneliese Dörr.